domingo, 6 de febrero de 2011

Lowell Thomas / Sin sombra de duda

Lowell Thomas
SIN SOMBRA DE DUDA

Durante el crudísimo invierno de hace seis años, un campesino vio un cuervo que aleteaba en lo alto, como si quisiera volar lejos, pero no avanzaba.
         La curiosidad del hombre creció cuando, al amanecer, el cuervo seguía batiendo el aire inútilmente. Al tercer día, seguía en las mismas.
         El campesino consultó a un veterinario y también a un socio del Club de Exagerados, quienes le dieron una explicación convincente: el tiempo había enfriado tanto que la sombra del cuervo quedó congelada.
         Cuando llegó el deshielo, el cuervo siguió su viaje.

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